Los últimos dos años han sido muy difíciles, primero la pandemia, los duelos no resueltos, la guerra de Ucrania, la crisis económica, el cambio climático…el panorama a primera vista puede parecer desolador. Entre tanta noticia negativa nuestro estado anímico se resiente y es fácil ver un futuro oscuro. Sin embargo, podemos elegir otro camino, realizar un ejercicio de introspección y tomar conciencia del camino que estamos andando. ¿Realmente ésta es la vida que quiero tener o estoy siguiendo el camino que conozco sin atreverme a descubrir senderos nuevos? La cultura china tiene una aportación realmente interesante sobre el significado de la palabra crisis. Está compuesta de dos ideogramas, uno significa peligro y el otro oportunidad. ¿Vemos algún atisbo de oportunidad en las crisis o sólo nos quedamos con lo negativo? Las crisis significan necesidad de cambio, lo que veníamos experimentando no funciona, tenemos una magnífica oportunidad de cambiar lo que no nos gusta. Sé que es difícil, pero si llevas años pensando que tu trabajo es muy duro, no te aporta nada aparte de un sueldo, te pesa la vuelta al trabajo o incluso tu salud se ve afectada, ¿no es hora de dar un cambio? Puede ser el trabajo, el día a día, el sitio donde vives, tu círculo social…la mayor aventura es salir de la zona de confort y atreverse a intentar cosas nuevas, es difícil sí, pero ¿no es un precio mucho más alto seguir sin hacer nada por cambiar esa situación que te genera malestar? Los nuevos comienzos requieren mucho esfuerzo, dedicar gran cantidad de energía a los nuevos proyectos, pero el resultado merece la pena. No te dejes arrollar por el día a día, por lo que opinen los demás o por lo que crees que deberías hacer porque es lo que te han dicho siempre que es lo que hay que hacer. Avanza, cree en tí, crece, disfruta de la vida, realízate…¡sobre todo, siéntete vivo/a!.