Cuando me decidí por fín a hacer realidad mi sueño tenía claro que el nombre iba a ser Krisalidacoaching. Para que la oruga se convierta en mariposa tiene que pasar por un duro período. Primero crear su crisálida, trabajo duro y en solitario, nadie la puede ayudar a crear el que será su refugio durante el tiempo de transformación. Después, pasa por otro trance, el de la soledad. Muchas veces necesitamos ese ejercicio de introspección, es saludable llevarlo a cabo cada cierto tiempo, sin distracciones externas, estar a solas con uno/a mismo/a y hacer un trabajo de análisis, reflexión y toma de decisiones.
Pasado este tiempo, la crisálida se rompe para dar paso a un ser magnífico que aparece en todo su esplendor y en total libertad, a partir de ahora puede volar. Para conseguir esta meta, la mariposa tiene que batir las alas con fuerza dentro de la crisálida, de forma que se fortalezcan. Si alguien se entromete en este proceso y pretende facilitarle el trabajo para que le cueste menos, estaría impidiendo que la mariposa pudiera volar. Necesitamos en ocasiones estar solos y ser sinceros con nosotros/as mismos/as, así como también necesitamos realizar ciertos esfuerzos sin ayuda de nadie. Cuando nos empeñamos en facilitar demasiado las cosas a otras personas, con afán de ayudar, lo único que conseguimos es que carezcan de los recursos que necesitan para volar, impidiendo que lo puedan hacer el resto de su vida. El proceso de ayuda consiste en acompañar, en ayudar a que la persona se empodere, pero jamás en decidir por ella ni en hacer su trabajo, sea el que sea.