La vida es un viaje con curvas, subidas, bajadas, baches, rectas…no es un proceso donde todo es bueno o malo, se nos presentan todo tipo de retos, dificultades o problemas. Muchas veces no podemos evitarlos, se presentan sin poder esquivarlos, sin darnos tiempo a cambiar de dirección y nos generan un estado de crisis. En la cultura china, la palabra crisis se compone de dos ideas: riesgo y oportunidad. Cuando la vida nos saca de un empujón de la zona de confort, nos da la ocasión de cambiar de rumbo. Si no quieres conseguir los mismos resultados, no realices los mismos actos. La pérdida de trabajo es una de esas grandes crisis. Muchas personas se vienen abajo, caen en estados depresivos o entran en una espiral de negatividad constante. Un despido no tiene nada que ver con la valía de la persona, en muchas ocasiones tiene que ver con la falta de ética del que despide y con un sistema capitalista voraz y cruel que ve a las personas como meros productores.
Una situación así nos da la oportunidad de parar y averiguar qué queremos hacer en la vida, si continuamos en esa dinámica de vivir para trabajar o nos decidimos a conseguir un trabajo donde nos valoren y podamos disfrutar del mismo. La clave está en conocernos, saber cuáles son nuestras fortalezas y nuestras carencias y trabajar para minimizar estas últimas. La formación es imprescindible, pero la actitud no lo es menos. Desde aquí, si estás en esta situación, quiero transmitirte que eres el/la dueño/a de tu futuro, no dejes que te corten las alas. Si no has hecho un proceso de autoconocimiento, comienza hoy mismo. Conócete a ti mismo, averigua cuáles son tus límites reales y no los que te han hecho creer y da el primer paso para ser dueño/a de tu vida. Dedicamos mucho tiempo de nuestra vida a la vida laboral, así que cuidemos lo que hacemos y no desperdiciemos nuestra vida creyendo a los que no quieren que veamos nuestro verdadero potencial. Cree en ti mismo/a, valora nuevas alternativas, no te cierres a los cambios ni renuncies a lo que una vez soñaste y dejaste de lado porque tuviste miedo a intentarlo. Las pérdidas siempre tienen ganancias secundarias, lo que ocurre es que estamos demasiado dolidos para verlas y aprovecharlas. Sueña, crea y disfruta de la vida.